Sin embargo, el comportamiento de Leo causado la discordia entre la familia, la mama estaba molesta con el perro y la destrucción de su hermoso jardín, mientras que la hija pensaba que todo era muy divertido. Para aumentar el desacuerdo entre las dos, se decidió amarrar al labrador, evitando asi el comportamientos no deseado del animal. Sin embargo, esta actitud ha dejado a la hija descontenta con las restricciones para Leo.
Perros valoran mucho nuestra atención y las amonestaciones se puede interpretar como un medio de interacción, convirtiéndose en una especie de cambio positivo a un acto particular, que puede resultar en un mayor aumento de este comportamiento.
Y eso es exactamente lo que pasó con Leo. Al tomar los artículos prohibidos el ganó exactamente lo que quería, ya que, por lo general, sus dueños corrian tras él tratando de agarrarlo, es decir, para el Labrador el castigo era sólo una broma, una forma de recibir la atención que el tanto quería.
Se decidió reorientar la mania de Leo para llamar la atención de sus propietarios mediante la adopción de los artículos prohibidos en algo que podría destruir el perro sin ningún problema: las bolas.
Y fue entonces cuando se produjo la primera tarea: hacer que el Labrador se enamora de jugar con las pelotas, ya que este juego sería la nueva forma de captar la atención de sus dueños. Para ello, la hija y la madre deberian mostrar las bolas para que Leo vea que el objeto es el más divertido en el universo, lo que hace una gran fiesta cuando el perro se entretenga con juguetes.
La segunda tarea fue no hacer caso cuando el perro agarre los artículos prohibidos. Parece que no, pero esta técnica es uno de los peores castigos para los animales domésticos, ya que, para llevar a cabo este método, ellos son privados de nuestra preciada atención. Este entrenamiento se lo debe hacer por una semana y seguir hasta que se extinga completamente
Traducido de fuente: http://noticias.r7.com/blogs/dr-pet/2010/02/
